17 diciembre, 2006

Mobbing en las organizaciones

El Mobbing, o acoso moral no sexual, es una práctica normal y habitual en muchos lugares de trabajo. Es un fenómeno considerado una enfermedad producto del trabajo, pero a pesar de eso aún no hay leyes reglamentadas en nuestro país.
Un gerente de una importante multinacional genera rumores injustificados respecto a la falta capacidad laboral de uno de sus empleados. Una secretaría de una pequeña empresa es controlada y vigilada en todos sus movimientos de manera sistemática e inusual. Un tesorero es aislado en su lugar de trabajo e ignorado por su jefe, quién no le dirige la palabra ni deja que los compañeros hablen con él.

Estos ejemplos genéricos tiene una matriz común: son acciones consideradas mobbing o acoso moral. En los años 80, un científico sueco llamado Heinz Leymann estudió el hostigamiento y la violencia en el trabajo y le dio esta denominación con la que se conoce al fenómeno en todo el mundo. El mobbing es una de las formas de abuso de poder que se ejerce en relaciones laborales entre empleador y empleado signadas por la desigualdad. Suele manifestarse en ambientes de trabajo desorganizados, sin metodología de trabajo y alta burocracia.

El acoso moral se produce fundamentalmente en los casos en los que no se puede despedir al trabajador, porque su prestigio y su capacidad de trabajo harían improcedente dicho acto. La abogada Patricia Sáenz, coordinadora de la Comisión Normativa de la Comisión Tripartita de igualdad de trato y oportunidades entre varones y mujeres en el Mundo Laboral del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, manifiesta que en Argentina no hay estadísticas formales sobre el tema, pero que la mayoría de las consultantes sobre la problemática son mujeres de más de 45 años, lo cuál implica una situación de género. Los sectores donde más casos de acoso moral se tienen conocimiento son los de educación, de sanidad y vigilancia. “Los jóvenes, las mujeres, los trabajadores de edad, las minorías étnicas o raciales, quienes trabajan en horarios nocturnos, entre otros, son quienes más expuestos están a esta modalidad de violencia laboral” declara la especialista. A pesar de la complejidad y gravedad que encierra esta práctica de violencia laboral, en nuestro país aún no hay leyes reglamentadas que amparen a las víctimas del mobbing. Al respecto, la Dra. Sáenz explica “En Argentina se esta empezando a tratar el tema seriamente. El primer paso es el reconocimiento social del problema. Ya existen proyectos legislativos a nivel nacional que se debaten favorablemente en el senado y leyes provinciales que aún no están reglamentadas. Es muy importante trabajar en la prevención de la violencia moral, como así difundir y capacitar a los trabajadores sobre los derechos que tienen y a los empleadores sobre las obligaciones de velar por ambientes de trabajo dignos”.

Las víctimas del mobbing no sólo pueden terminan perdiendo sus empleos. En muchos casos el acoso les produce graves cuadros de enfermedades psicológicas o psiquiatras, deterioros en sus vínculos familiares y afectivos y marginación social.